Fui muro



Fui un muro en el pasado.

Un labriego trajo y juntó con paciencia las piedras que me forman. Mi misión no era separar dos espacios. Ni cortar el paso: Cualquier persona, y no digamos cualquier animal del monte me hubiese cruzado sin dificultad. Mi misión era sujetar la tierra de un campo de cerezos plantados en una ladera.

Era un muro bajo pero de bloques bien ajustados, formando un arco amplio, mirando al sur.

Pasó el tiempo. El labriego se fue. Los cerezos echaban cada vez menos hojas. Sus frutos eran escasos y pequeños. Algun árbol llegó a secarse. Un año y otro y otro. Los chaparrones de Abril y las tormentas del otoño arrastraban por entre mis piedras la tierra del campo de cerezos. Y las piedras se fueron aflojando y cayendo al campo de abajo.

No me abatió la lluvia, fue el olvido.

1 comentario:

  1. Todo siempre es igual.
    Cuando otra vez llamamos como ahora en el lejano muro:
    todo siempre es igual.
    Aquí están tus dominios, pálido adolescente:
    la húmeda llanura para tus pies furtivos,
    la aspereza del cardo, la recordada escarcha del amanecer,
    las antiguas leyendas,
    la tierra en que nacimos con idéntica niebla sobre el llanto.

    Olga Orozco

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